Una sugerente escalera va formando quebrantos en la senda para domar el camino escarpado.
El segundo voladizo, un poco más pronunciado, hasta los 3,5 metros, se revela como un hermoso mirador a la zona de la piscina, con vistas al jardín arbolado balear. Es ahí donde aporta otra enorme fortaleza: la que concede la más estricta intimidad para los moradores de la casa.
Esta zona de descanso, además, goza de un área de relax que proporciona excelentes momentos de privacidad en su chill out.
La zona de día de la casa y el dormitorio principal quedan alojados en la planta baja. Mientras, la zona de noche propiamente dicha domina a la anterior desde la altura, donde alberga otros tres dormitorios, dos baños y un despacho.
Esta vivienda, procedente del modelo Formigal en el que se basó, no acaba de abandonar del todo su estilo de elegancia italiana. No obstante, adquiere un cierto toque mediterráneo tan propio de la zona, aunque con porcelánicos en tonos crema y beige, más suaves y cálidos. Las maderas tecnológicas completan la paleta de colores naturales.