2019 —
Cuando los sueños ocupan el centro.
“Una de esas ideas que sólo surgen cuando realmente estás apasionado por lo que haces: ¿Y si en lugar de llevar directamente la próxima casa a Mallorca, hacemos una parada antes… en plena Plaza del Ayuntamiento de Valencia? Así fue como, en una mezcla perfecta de locura, valentía y confianza, decidimos montar una de nuestras viviendas en el corazón de la ciudad.“
Cuando los sueños ocupan el centro.
Si hay un año que podríamos titular como “la locura más maravillosa” de nuestra historia, ése fue 2019.
Todo comenzó con una propuesta que nos llenó de ilusión pero también de incertidumbre: el equipo de Open House Valencia se puso en contacto con nosotros para que formáramos parte de su festival, en el que se abren al público edificios singulares de la ciudad. Nuestra respuesta inicial fue de entusiasmo, claro, pero rápidamente surgió la duda: ¿cómo mostrar nuestras casas si ya están habitadas por nuestros clientes? Y la fábrica… bueno, la fábrica es un lugar sagrado. En ella sucede la magia, sí, pero también guardamos muchos secretos que solo compartimos con quienes confían de verdad en nosotros. No era una opción abrirla al público general.
Y de pronto, una de esas ideas que sólo surgen cuando realmente estás apasionado por lo que haces: “¿Y si en lugar de llevar directamente la próxima casa a Mallorca, hacemos una parada antes… en plena Plaza del Ayuntamiento de Valencia?” Así fue como, en una mezcla perfecta de locura, valentía y confianza, decidimos montar una de nuestras viviendas en el corazón de la ciudad, justo en el lugar donde cada marzo se planta la Falla del Ayuntamiento.
Después de mil gestiones, permisos que llegaron in extremis, y muchos nervios —de esos que te hacen saber que estás haciendo algo grande—, una noche de jueves implantamos una casa inHAUS en mitad de Valencia. Al amanecer, las caras de sorpresa de los viandantes lo decían todo. Durante dos días enteros, la ciudad entera vivió nuestra casa. Se organizaron visitas guiadas, pero las colas no cesaban. Por la noche, actores simularon la vida cotidiana en su interior, con las luces encendidas y la actividad dentro como si de verdad se estuviera habitando. Fue un espectáculo y una locura, todo un reflejo de nuestra filosofía: en inHAUS cuando creemos en algo, lo hacemos posible.
Y cuando acabó el show, la volvimos a cargar en los camiones y la llevamos a su destino final, en Mallorca. Una vivienda espectacular y cargada de recuerdos que siempre formará parte de la historia de nuestra empresa.
Pero 2019 no se quedó ahí. Fue también el año de los premios. Recibimos el galardón PYME Innovadora de La Razón, el Premio al Mérito al Trabajo de la Asociación Europea de Economía y Competitividad (AEDEEC), el Premio Nacional Joven Empresario – Accésit a la Innovación de CEAJE, y el Premio de Tendencias Diseño de Arquitectura. Acudimos a eventos, fuimos reconocidos públicamente y, sobre todo, empezamos a interiorizar que todo ese esfuerzo que mi hermano y yo, junto con todo el equipo, veníamos haciendo desde hacía años… estaba dando sus frutos. Nos sentíamos honrados, orgullosos y, también, con más responsabilidad que nunca. Porque cuando sabes que estás construyendo algo valioso, sabes también que no puedes parar.
Y si había una meta simbólica que nos hacía especial ilusión, era convertirnos en una empresa internacional. Ese sueño comenzó a materializarse con nuestro primer proyecto en Francia, una casa en Nantes que supuso una lección enorme de aprendizaje. Un cliente pionero, valiente, que confió en nosotros cuando aún no teníamos referencias fuera de España. El resultado fue espectacular y el camino, intenso, lleno de aprendizajes y desafíos que nos hicieron crecer. Así somos: curiosos, inconformistas, con ganas de hacer siempre algo más y mejor. Este proyecto fue eso, un punto de inflexión y una nueva puerta abierta al futuro.
Y precisamente hablando de futuro… A finales de este 2019 comenzamos a reunirnos con otros profesionales del sector. Ideas nuevas, colaboraciones inesperadas y una ambición compartida que empezaba a gestarse. Pero esa, amigos, es ya historia del siguiente año.
Seguimos.