Nuestros arquitectos no diseñan sobre un lienzo en blanco. Diseñan con elementos reales, validados en fábrica y por el equipo técnico, y lo hacen sabiendo exactamente lo que cuesta construir cada decisión de proyecto y su viabilidad.
Esto es posible porque todo el personal es propio: arquitectos, delineantes, ingenieros, jefes de producción, operarios… Todos trabajan bajo el mismo método y lógica, comparten mediciones y parámetros técnicos, y usan una única versión del proyecto durante todas las fases.
Esto nos permite algo poco común en otros modelos de construcción más convencionales, que lo que se promete en el plano se pueda ejecutar con precisión, corrigiendo desviaciones en el momento y limitando la improvisación. Así, lo que se promete en ventas se puede ejecutar en fábrica sin desviaciones.