Ya parece que va pasando la crisis y todos queremos mejorar en nuestra calidad de vida. La estabilidad laboral o el crecimiento familiar nos indica que debemos cambiar nuestro piso o adosado de origen a una vivienda con jardín más adecuada a la situación familiar. Esta es una reflexión muy común en las familias y lógica desde el punto de vista de crecimiento del número de hijos.
Bien, una de las fórmulas más inteligentes para dar este salto en calidad de vida y en tamaño de vivienda es sin duda la casa prefabricada modular. Podemos encontrar un gran número de diseños y sistemas constructivos de rápida ejecución lo que nos ayudará enormemente a no alargar el plazo entre que se vende una propiedad y se compra la otra. Esta quizás sea la más grande de las ventajas. Pensemos que una casa de obra convencional dura unos 10meses en construirse, mientras que una casa modular está disponible en un plazo de unos 3 meses.
La segunda mayor ventaja que justifica la compra de una casa modular es que los costes de una casa prefabricada son cerrados, pensemos que la casa se fabrica como un coche, en un taller con todos los materiales y una cadena de montaje que otimiza los costes y no deja nada a la improvisación. Cuando la operación de venta y compra tiene unas cifras cerradas, no podemos jugárnosla q imprevistos. Lo mejor es saber con antelación de la precio de la casa modular, para así poder negociar mejor la venta de nuestra actual vivienda.
Las viviendas modulares de diseño que ya están concebidas incluyen un sistema de gestión y tramitación mucho más fácil, ya que no se trata de empezar con un proyecto de nuevas, buscando arquitectos, buscando contrsutores tradicionales etc… la gestión es mucho más rápida y eficaz, algo crucial a la hora de cerrar la venta y trámites de la actual vivienda.
Velocidad, precisión, precio y estandarización son las soluciones y la manera más inteligente de cambiar de casa difrutando de un nuevo hogar sin arriesgar o dejar nada al azar. Una casa modular es la solución.